En plena tramitación en el Congreso de qué es lo que debe tener y exigir un colegio profesional en el país, un conflicto por el nombre de asociaciones gremiales aparece en el sector químico. El roce se produce entre el Colegio Químico de Chile y el Colegio Chileno de Químicos A.G., dos nombres aparentemente parecidos, pero con grandes diferencias que los hacen estar actualmente en una pugna frente a las autoridades de Estado.
“La forma de ordenarlo es que uno deje de llamarse colegio, porque de hecho no lo es”. La afirmación corresponde a la presidenta del Colegio Chileno de Químicos A.G., Cristina Acuña, quien asegura que la contraparte no cumple con la primera norma base para conformarse como tal: que todos sus miembros posean un título profesional, ya que acoge a diferentes especialidades que bordean la química, entre ellos, técnicos y analistas que poseen certificaciones técnicas. Los que tanto en su formación como objetivos profesionales, distan del Químico profesional.
Actualmente la organización acoge a personas con título profesional del área de la Química, sin embargo se estudia expandir ciertos límites en los próximos meses.
El respaldo a ese requerimiento lo hace la propia federación de Colegios Profesionales, quienes en su estatuto, de más de 40 años de historia, aseguran que podrán ser parte de estas agrupaciones únicamente quienes posean el título profesional.
“La verdad es que cuando quisimos formarnos, pensamos en agruparnos con ellos, pero no podemos ser un colegio profesional cuando se acoge finalmente a personas que poseen tanto títulos técnicos como profesionales que trabajan en el área, implicando todas realidades y responsabilidades muy diferentes”, cuenta Acuña, quien agrega que el caso ya está en manos del Ministerio de Economía, pues su agrupación solicitó en diciembre de 2015 que se borrara la palabra “colegio” del gremio.
“Nos hemos visto perjudicados ya que la gran mayoría de la gente no entiende la diferencia entre ambas asociaciones, ya que el nombre de esta nueva asociación no hace referencia a su naturaleza de tal”, dice la carta que solicita el cambio.
En ese entonces, la secretaría de Estado acogió la solicitud asegurando que la solicitud de borrar el nombre “colegio” está dentro de la normativa vigente y se buscará que “sea regularizado mediante una modificación estatutaria”.
La respuesta fue enviada a Acuña el 3 de junio de 2016, sin embargo, hasta la fecha no se han concretado los cambios solicitados.
El tema del nombre ya había sido un problema para la agrupación de Químicos profesionales que preside Acuña, pues cuando se preguntó inicialmente al mismo ministerio de Economía por la opción de utilizar el nombre Colegio de Químicos de Chile se les informó que no era posible, pues una antigua formación, de hace más de 30 años llevaba ese nombre y agrupaba a las mismas profesiones que los dirigidos por Acuña. “Pese a que ya no existe el grupo, el ministerio consideró que el nombre no se podía usar por lo que nos sugirieron sumarle la palabra ‘nacional’, lo que finalmente quedó en ‘chileno’.
Finalmente el Colegio Chileno de Químicos obtuvo su personalidad jurídica en octubre de 2013 y el Colegio Químico de Chile lo hizo en agosto del 2015, luego de haber funcionado por largos años sin los papeles al día.