El Colegio Chileno de Químicos A.G. se creó entre un grupo de profesionales que había estudiado Química. Así, a secas: sólo Química. Sin embargo, cuatro años después, con un largo recorrido sobre el estudio curricular del área en Chile, la última asamblea general ordinaria de socios, realizada por la organización, decidió incluir a los que se apellidan Industrial y Ambiental.
El ingreso se logró luego de que la organización obtuviera los resultados del estudio de mallas curriculares de las carreras relacionadas a la química que realizó recientemente (se puede ver en el siguiente link) y que éste arrojara que no hay diferencias significativas entre Química, Química Ambiental y Química Industrial, por lo que ahora las tres estarán reunidas en el mismo Colegio Profesional.
Según el director del Colegio Chileno de Químicos A.G., Eduardo Pino, los puntos en común entre las tres carreras van en diferentes grados, pero sin duda “son profesionales del área que tienen una buena base y que potencialmente pueden reforzar el colegio”.
“Los contenidos programáticos de las licenciaturas son especialmente similares”, agrega José Manuel Hevia, otro de los directores. De esta manera, las diferencias más significativas se manifiestan durante el período destinado a obtener el título, etapa durante la que cada universidad imprime la “especialidad” a cada carrera, incluyendo aquellas con y sin “apellido”.
Así, queda en evidencia que a pesar de las diferentes denominaciones que tiene cada carrera, en esencia los programas en su base son muy similares. Debido a esto, ocurrió el problema que aquellos profesionales de Química Industrial y Química Ambiental, no fueron incluidos desde el inicio en nuestra asociación, lo que ahora se ha remediado.Sobre la opción de que en un futuro haya nuevas incorporaciones, Pino asegura que aunque es probable, eso requeriría de un nuevo análisis, pues con el que se hizo sólo se encontró coincidencias con Química Industrial y Química Ambiental. “Sería necesario reforzar aún más la interacción con los profesionales de las potenciales carreras y sus respectivas casas de estudios. Ciertamente todavía hay trabajo por hacer”, dice.
Hevia cuenta que “aunque no se proyectan nuevas incorporaciones bajo los actuales criterios de integración del Colegio (plasmados en nuestros estatutos), no estamos cerrados a realizar nuevas evaluaciones en el futuro”.
Sobre los beneficios que tendría la inclusión, Pino asegura que ahora se generará una masa crítica e instancias de diálogo con profesionales del área que van a “permitir un intercambio de ideas que nos ayuden a tener un visión concreta de lo que se está haciendo en el país y del norte que debemos definir”. Sobre ello, Hevia agrega que “la incorporación de más personas permite realizar más proyectos, tanto para los mismos asociados, como para el país en general”. CChQ